Un administrador de empresas decidió dejar su profesión para dedicarse de lleno a ser veterinario con el objetivo de cuidar y atender a las mascotas de la ciudad de Saná (Yemen).
El protagonista de esta historia es Murad Jamal, quien tomó una drástica decisión al dejar su vida como un ejecutivo. Decidió abrir su propia veterinaria por el amor que tiene por los animales.
A pesar de la compleja situación que atraviesa su país por cuenta de la guerra, el joven de 29 años quiso quedarse para ayudar a las mascotas que también se han visto desamparadas.
El conflicto en este país de Medio Oriente estalló en 2015 y ha llevado a millones de personas al borde de la hambruna.
El negocio de Murad no es sostenible y da pérdidas porque su clínica veterinaria Vet for Pet muchas veces tiene que atender animales cuyos dueños no tienen recursos para pagar su atención y tratamientos.
Además, son muy pocas las personas que cuentan con mascotas y están dispuestas a llevarlas al veterinario. En las ciudades y pueblos existe una gran población de perros y gatos callejeros que fueron abandonados a su suerte.
De esta forma, el joven trata de mantener a flote su veterinaria por el amor que siempre ha tenido por los animales y por eso ha tenido que atender perros, gatos, aves, tortugas, peces ornamentales, erizos, entre otros. muchas veces de forma gratuita.
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Gran parte de esos animales eran atendidos por organizaciones benéficas, pero la situación de seguridad y económica se complicó a tal nivel que la prioridad ahora solo es la población.
De hecho, las mascotas que tienen las personas son un lujo en un país que lleva más de una década en guerra.
La ONU estima que Yemen está experimentando una de las peores crisis humanitarias del mundo. Unas 21,6 millones de personas requerirán asistencia humanitaria y de protección en 2023. Esta cifra es bastante alta teniendo en cuenta que en este país viven 30 millones de personas.
Finalmente, el joven veterinario se convirtió en todo un héroe para miles de mascotas en Yemen, por la forma como decidió renunciar a su profesión para hacer lo que más le gusta y le apasiona.
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