Para volver a reunirse con su familia, un pastor australiano vivió una experiencia de película al recorrer 240 kilómetros de hielo congelado en el mar de Bering. Este tierno perro no solo tuvo que soportar el inclemente frío, sino que también tuvo que sortear otros obstáculos como ser mordido por una foca o un oso polar en su camino a casa en Alaska.
‘Nanuq’, un perro de a penas un año se encontraba con su familia visitando la comunidad de Savoonga, en la isla de St. Lawrence en el estrecho de Bering, cuando desapareció. Este peludito se encontraba con la otra mascota de la casa ‘starlight’ quien inmediatamente pudo volver a los brazos de sus dueños. El destino de ‘Nanuq’ lo llevó a una travesía para volver con los suyos.
Aproximadamente un mes después de su desaparición, algunos pobladores de Gales, a 240 kilómetros de donde se encontraba la familia reportó un perro extraviado. Posteriormente comenzaron a publicar algunas fotos que no tardaron en llegar al perfil de Mandy Iworrigan.
“Mi papá me envió un mensaje de texto y me dijo: ‘Hay un perro que se parece a Nanuq en Gales’”, (…) Yo estaba como, ‘¡De ninguna manera! ¡Ese es nuestro perro! ¿Qué está haciendo en Gales?’”, dijo a los medios Mandy Iworrigan, quien junto a su familia cuidan a Nanuq.
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En vista de que Iworrigan y su familia viven en la localidad de Gambell en Alaska tuvieron que mover cielo y tierra para traer de vuelta a su perro. Para ello, la chica reveló que tuvo que recurrir a unos puntos que había acumulado en su línea aérea. Posteriormente, con boleto comprado, ‘Nanuq’ subió a un avión que transportaba atletas para el torneo de las Olimpiadas de la juventud nativa del distrito escolar del Estrecho de Bering.
“No tengo idea de por qué terminó en Gales. Tal vez el hielo se movió mientras cazaba (…) Estoy bastante seguro de que comió restos de foca o atrapó una foca. Probablemente pájaros también. Él come nuestros alimentos nativos. Es listo”, dijo Mandy Iworrigan, quien no podía creer la hazaña realizada por su perro.
Afortunadamente, la familia de ‘Nanuq’ pudo registrar el emotivo reencuentro cuando el animal salió por las puertas del avión. Aunque regresó sano y salvo, tenía algunas mordeduras en la pierna que pudieran ser de alguna criatura salvaje que se topó con él en el camino.
“Lobezno, foca, Nanuq pequeño, no lo sabemos, porque es como un mordisco realmente grande”, dijo.
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