Una gran polémica se ha generado en Australia luego de que las autoridades anunciaran su intención de eliminar más de 10.000 caballos salvajes para proteger a las especies nativas del país.
El plan estaría contemplándose si no se logra controlar las poblaciones de estos caballos; las cuales han crecido descontroladamente por la región de los Alpes Australianos generando una afectación a la fauna y flora local.
De esta forma, los expertos, el gobierno y las organizaciones ambientalistas se han enfrentado a un gran dilema sobre la decisión que se va tomar.
Se habla de reubicar a todos estos caballos (brumbies) pero parece una opción casi imposible y lo más viable sería eliminarlos desde un helicóptero.
Esta especie fue introducida por los primeros europeos que llegaron al continente a mediados de 1788 y desde entonces se ha venido extendiendo por el sureste del país.
Un estudio realizado en 2019 por los Parques Nacionales de los Alpes Australianos permitió evidenciar que en la región hay más de 25.000 caballos en estado salvaje.
Los análisis establecieron que estos ejemplares se han duplicado en tan solo cinco años y se han extendido por toda esta región montañosa del país.
Ante este escenario, las autoridades y ecologistas han venido evaluando algunos escenarios para enfrentar este complejo problema.
Mientras se decide el tipo de intervención; estos caballos salvajes siguen afectando a los animales, plantas y todo el ecosistema natural de esta región en Nueva Gales del Sur y otros tres estados.
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En un principio el proyecto preliminar espera reducir en más de 10.000 ejemplares la población que se encuentra en el Parque Nacional Kosciuszko.
Sin embargo, la Academia Australiana de Ciencia se pronunció indicando que estas cifras son insuficientes y quedarían muchos caballos seguirían generado un grave impacto.
“Hacer lo contrario mostraría un desprecio por los ecosistemas nativos australianos amenazados y las especies que enfrentan una extinción inminente; ya que están bajo la amenaza de los caballos salvajes”, indicó John Shine, presidente de la Academia.
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La prioridad es tan grande que el gobierno se enfrenta al dilema de eliminar estos caballos o salvar a especies de peces, ranas, ratas, plantas, entre otras; que se encuentran en peligro de extinción.
La iniciativa ha generado una fuerte polémica entre algunas organizaciones animalistas que han pedido buscar otros planes que no implique eliminar masivamente a estos caballos.
Lo cierto es que ecologistas han resaltado que la decisión es muy difícil; pero se debe buscar un equilibrio ambiental en el parque que se ha visto amenazado por estos equinos.
Un artículo de la revista Nature reseñó que Australia no tiene mamíferos con pezuñas tan duras como los caballos.
Es por eso que su pisoteo y pastoreo excesivo genera un gran daño en la vegetación, afectando a otras especies como los canguros.
Finalmente, esta medida ha generado un fuerte debate ético y científico al tratarse de una especie invasora; la cual está comprometiendo todo el ecosistema de los Alpes australiano con su constante pisoteo y alimentación.
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