Es común que algunas personas o autoridades hablen de perros ferales en alguna zona de su territorio, lo cual ha generado varios preguntas sobre lo qué realmente son estos animales.
Cuando se habla de perros ferales, se hace referencia a aquellos que no tienen ningún tipo de dependencia o relación afectiva con un ser humano, y generalmente, están en la naturaleza viviendo de sus instintos.
Aunque para algunos este término sea difícil de procesar, pues la relación entre humanos y perros es tan estrecha que parece la forma natural, hablar de perros forales es más común de lo que se cree.
Estos perros salvajes carecen de hogar y no tienen ningún control. Comúnmente merodean por las calles sin ningún tipo de limitación.
Es esta misma independencia la que los convierte en unos cazadores implacables de cualquier presa, comiendo y defendiendo sus entornos para marcar territorio. Estos animales se alimentan de cualquier cosa que encuentren: desde trozos de carne, huesos, pedazos de cadáver, verduras podridas y frutas, tripas de pescado, semillas y granos y tripas de animales.
Lo cierto es que estos animales suelen revivir su instinto cazador y por eso son vistos atrapando sus propias presas para alimentarse.
Debido a que nunca han tenido contacto con humanos, los perros ferales llegan a ser muy peligrosos; por lo que estos animales evitan al máximo tener un contacto con las personas.
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¿Cómo surgieron los perros ferales?
Este tipo de perros están en la naturaleza porque son descendientes directos del lobo gris, Canis lupus, pero pertenecen a la misma especie de los perros domésticos, Canis lupus familiaris; los cuales se han aislado de la influencia humana, adoptando una conducta salvaje, según indicó el Conacyt en una investigación.
Su territorialidad hace que aunque se les facilite conseguir alimentos, algunos perros queden desterrados en otras zonas. Es así como la especie comienza a desplazarse y a reproducirse teniendo otras crías ferales en zonas totalmente alejadas a la civilización.
La causa de la existencia de tanta población de perros ferales también está asociado a la tenencia irresponsable de mascotas; ya que muchos de los perros que son abandonados por sus dueños o que se extravían terminan creando unas manadas con otros ejemplares.
¿Por qué los perros ferales son un problema?
Sus condiciones propias de vida hacen que estos perros en estado salvaje se conviertan en una amenaza para las comunidades. Las condiciones en las que viven también los hace portadores de enfermedades como rabia, entre otras.
Además, cuando forman una jauría pueden representar un problema para el ganado y otras especies de fauna ya que suelen cazar cualquier especie que encuentren por delante.
Sin embargo, los expertos señalan que la situación de estos perros puede remediarse con el mejor de los tratamientos: amor y un hogar.
Aunque parece ser riesgoso, los perros poseen una gran inteligencia y capacidad de percepción; lo que les permite aprender fácilmente sobre quien los trata bien y les da cariño.
Por eso, ubicarlos en refugios destinados al cuidado perros o adoptarlos y someterlos a un adiestramiento puede ser la mejor opción para disminuir las poblaciones de perros ferales.
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