En diferentes partes del mundo, los elefantes se han convertido en el centro de atención turística para los visitantes, sin embargo, los viajeros no se imaginan el gran daño que le causan a estos gigantes animales al transportar personas en el lomo de su espalda.
La organización Wildlife Friends Foundation, de Tailandia, compartió una imagen en donde se puede apreciar a una gigante elefanta llamada Pai Lin, de 71 años, que fue obligada a trabajar por 25 años en la industria del entretenimiento.
“La espalda de Pai Lin todavía tiene cicatrices de antiguos puntos de presión”, expresó el grupo que ayudó al animal. “Esta presión continua sobre los cuerpos (de los elefantes), puede deteriorar el tejido los huesos de su espalda, causando daños físicos irreversibles en sus columnas vertebrales”.
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Los elefantes se han convertido en la diversión turística para los viajeros
Pai Lin cargaba hasta seis turistas al mismo tiempo. Aquí puede ver varias imágenes de la elefanta:
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Este animal tuvo que cargar y transportar por más de dos décadas a decenas de turistas que hicieron que su columna vertebral se desfigurara por completo.
Luego de pasar varios años de trabajo forzoso, la elefanta finalmente llegó en el año 2006 al santuario Wildlife Friends Foundation quienes se encargaron de su rehabilitación constante y de sus cuidados.
“Su dueño anterior la abandonó porque sintió que era demasiado lenta y que siempre tenía dolor y que ya no podía trabajar bien”, dijo a CNN Edwin Wiek , director de WFFT.
El grupo Wildlife Friends Foundation ha compartido la historia de Pai Lin, para concientizar a la humanidad sobre la importancia de cuidar a los animales.
“La presión constante sobre la columna vertebral de los turistas puede provocar daños físicos permanentes, que se pueden ver en Pai Lin”, mencionó el hombre.
“Es importante comprender que los elefantes, a diferencia de los caballos, no se crían para ser montados. No son animales domesticados y son tomados de la naturaleza y mantenidos en pésimas condiciones”, expresó Edwin.
Actualmente, Pai Lin vive con otros 24 elefante que han sido rescatados por las fundación en Hua Hin, Tailandia.
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