Los perros son animales que tienen como parte de su naturaleza el ser juguetones y curiosos. Estas son características que no pasan desapercibidas ante los dueños de canes y que les permiten ser parte de sus propias familias.
Es tan común que sean juguetones que muchas veces se hace difícil enojarse con ellos cuando simplemente cometen una travesura. Muchas personas son capaces de entender que no hacen nada de esto a propósito, pues su curiosidad y energía a veces gana.
Aunque no todos lo crean, son incluso capaces de mostrarse arrepentidos por lo que hicieron pese a que no lo demuestran con palabras o un gran discurso. Muchas veces con su mirada es suficiente.
La historia que vamos a contarte hoy es precisamente de una perrita que luego de cometer una travesura se disculpó con un tierno cartel.
Birdie es una perrita golden retriever que tiene tres años y que estaba en Dogwoods Lodge en Iowa, Estados Unidos cuando sin querer activó la alarma de incendios y alertó a los bomberos.
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Como era de esperar, el Departamento de Bomberos Metropolitano de Johnston-Grimes llegó de emergencia a la guardería canina en busca de llamas pero no encontraron nada.
De acuerdo al medio People, al inicio nadie supo quién había activado la alarma y no fue sino hasta que revisaron las grabaciones de seguridad que se dieron cuenta de que todo había sido una travesura de Birdie.
Jessica Tapper, la dueña del recinto, contó a The Des Moines Register que la perrita “juega sin parar” y quizá por eso activó la alarma sin querer hacerlo.
Pero lo interesante es que el animal logró pedir disculpas.
¿Cómo así?
Un letrero que lee “lamento haber activado la alarma contra incendios hoy. Atentamente, Birdie” fue mostrado por la perrita en una foto que luego fue compartida por el Instagram del lugar.
“Birdie probó nuestro sistema contra incendios hoy y quería disculparse con sus amigos perros y el departamento de bomberos”, fue el mensaje que compartió la guardería.
Como era de esperar, la foto enterneció a más de una persona; pero por su parte, los bomberos también contaron que para ellos no representó un gran problema, pues solo fue “una falsa alarma, sucede a veces. Estamos felices de ir allí y ver perros de vez en cuando, así que está bien”.
Claro que la perrita fue automáticamente perdonada y la historia se convirtió en una anécdota más para el grupo de bomberos que lidia con este tipo de situaciones constantemente.
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