Una vaca en Reino Unido se hizo viral en las redes sociales luego de que un granjero la grabara ‘fingiendo’ estar dormida para evitar que la ordeñaran.
El granjero John Brodie fue quien compartió el jocoso video en el que se ve a la ocurrente Doris, como se llama la vaca, estar primero despierta y luego hacerse la dormida cuando se percata de que vienen a sacarle leche.
Según relató el propio granjero, apenas unos segundo antes de llegar a ordeñar a la vaca, esta estaba despierta. Sin embargo, justo con el granjero y sus utensilios en frete, esta cierra sus ojos mientras finge una cómoda siesta.
“30 segundos antes ella había levantado la cabeza para mirarme directamente. Luego volvió a acostarse pensando que iba a salirse con la suya, dijo Brodie a CNN. Al mismo tiempo, aseguró que las actitudes de Doris se asemejan a las de una persona por su nivel de inteligencia.
¿Pueden sentirse mal las vacas por el ordeño?
Muchos usuarios en las redes sociales reaccionaron asegurando que probablemente la actitud de Doris se debió a cansancio por la frecuencia de ordeño. Pero, un estudio desarrollado en 2018 asegura lo contrario.
Una investigación del grupo de Alimentación y Nutrición Animal -a petición de la productora El Barranquillo- y la Universidad de Murcia, España, señala que, a las vacas les beneficia el ordeño. Incluso, les gusta.
Ver esta publicación en Instagram
Ver más: Matilde, la vaca que se sienta en el comedor para disfrutar las cenas junto a su familia
Además, comprobaron que aumentar la frecuencia con la que se ordeña a las vacas no perjudica el bienestar de estos animales, por el contrario, puede mejorarlo. También las ayuda a incrementar la producción de leche.
El proyecto partía de la premisa de que en las granjas de vacuno lechero a los animales suelen someterse, como práctica habitual, a tres ordeños diarios. Esta es la cantidad considerada como correcta a efectos productivos y de recuperación del animal.
Sin embargo, “diversas publicaciones científicas ponían de manifiesto que las vacas acuden de forma voluntaria, incluso más de tres veces al día, a las salas de ordeño. Este hecho se asocia a la necesidad que siente el animal de vaciar sus ubres dadas las incomodidades y el malestar que ello le pueda causar, ya que, entre otras cosas, ve reducida su movilidad o incluso encuentra dificultades para poder tumbarse”, comentó en ese entonces Fuensanta Hernández Ruipérez, coordinadora de la investigación por parte de la UMU.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestra página de Facebook.